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jueves, 29 de marzo de 2012

The Fucking Dead (5)


La última lata de judías. Este día tenía que llegar tarde o temprano, me toca ir al super. Preparo la lista de la compra para hacer tiempo: latas de judías, ketchup, todo el alcohol que encuentre, azúcar, ojalá hayan dejado algo... Dios, pagaría 100 dólares por una lechuga. La compra puede esperar hasta mañana. ¿Verdad, Lily? Todavía no aprieta el hambre.

Dos días más tarde tomo la decisión. No tengo muchas opciones: salgo a la calle o me pego un tiro o muero de hambre y sed. La única que me ofrece alguna posibilidad de seguir respirando es la primera. He pasado la noche durmiendo desnudo sobre el suelo para bajar la temperatura y engañar a los caminantes. Allá vamos.

Primer tramo de calle, despejado. Carrera hasta la siguiente manzana. Semioculto en un portal, compruebo la vía libre y me aseguro que no me sigan. Cinco carreras más tarde consigo llegar por fin al amplio supermercado pero la imagen es desoladora. Ha sido saqueado en varias ocasiones y apenas quedan unas cuantas latas de legumbres que por fortuna fueron a rodar bajo las estanterías. Los congelados estropeados y la fruta y verdura podridas, por no hablar de la peste del pescado y la carne. Ni una triste bolsa de chips, ni siquiera nachos, mucho menos guacamole. La sección de bebidas también está de pena, ni agua ni refrescos. Ésta era la última excusa que me quedaba para continuar atrapado en la ciudad, debo emprender el viaje, emigrar hacia algún lugar con gente, si es que todavía existe de eso, e ir asaltando las casas en mi camino con la esperanza de encontrar suministros.

¿Qué ha sido eso? El fregar de un cuerpo contra la pared y pies arrastrándose. Inconfundible, un muerto andante. Trato de ocultarme pero al rato decido correr y atravesar la entrada, no me arriesgo a quedarme atrapado. Soy bastante más rápido que ellos, no tengo nada que temer pero, confiado, olvido por un momento que nunca van solos. En la calle los veo, comienzan a salir de las esquinas, como si estuvieran esperándome y se van acercando en un corro que se va a apretando más y más. Vale, que no cunda el pánico, ha llegado el momento de despedirse. Preparo la Beretta. No dejaré que me atrapen vivo, en eso no hay discusión... pero me tiembla el pulso y sudan las manos, con la tontería se me resbala la empuñadura. ¡Mierda! Y la pistola se desliza entre ellos. ¡Mierda, mierda!

¿Y ahora qué? ¿Cómo consigo matarme limpiamente? ¿Y si subo a una farola y me tiro desde lo alto? No, además de jodido estaría cojo. ¿Cortarme con una lata oxidada? El tétanos es lento. ¿Asfixiarme con las manos? Sólo me dejaría desmayado. ¿Lejía? No llegaría a tiempo a la sección de droguería. ¡Ni siquiera hay autobuses para ponerse delante! ¡Lily, ayúdame, envíame un rayo!

- Arggghhh... grooo... eeeehh...
- ¿Lily?

...



2 comentarios:

  1. Con que va a ser Lily ¿eh?
    Llegué a pensar que lo iban a sodomizar los follizombis.

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    1. Uy, no te preocupes que hay Dick para todos-as xD Na, creo que seré buena y no mostraré escenas que puedan herir la sensibilidad de los lectores... sólo un poquito ^^

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