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sábado, 9 de marzo de 2013

50 Sombras de Grey (2)



Por dónde íbamos...  El domingo pasado escribí un post comentando el primer libro de la saga después de habérmelo leído vertiginosamente en apenas un día.  No ha pasado todavía una semana y ya me he leído los dos libros restantes.  Sip, son adictivos y ya los hecho de menos. Ana y Christian me han hecho mucha compañía en esta semana caótica que he tenido, han sido un poco mi tabla de salvación para no pensar más de la cuenta. Estoy por volverlos a leer, a pesar de que están mal escritos, sí, maldita sea, están mal escritos >_<  Pero hay escenas memorables que te remueven por dentro y aquí una confiesa ser una morbosa incorregible.  Ah, no me refiero a esas escenas hardcore, jajaja, sí, vale, un poco sí.

¿BDSM?  La pregunta del millón.  La saga la venden con el aliciente principal de que en sus páginas vamos a sumergirnos en el oscuro y perverso mundo del sadomasoquismo.  Chan, chan...  Lo siento, señoras, pero se trata de una técnica comercial, 50 Sombras es una novela romántica con sexo explícito contado con pelos y señales.  Como mucho llega a guía sexual porque da instrucciones muy claras de sexo seguro y de cómo colocar un condón, además de un listado muy práctico de juguetes sexuales =)  Puede que esos juguetes y prácticas, digamos traviesas, fueran considerados obscenos hace décadas pero hoy en día podemos conseguir todo eso en cualquier sexshop rosa, que digo yo, sexshops de puertas abiertas con todo de monerías para captar la atención de las mujeres.  Me parece que a estas alturas del siglo XXI deberíamos redefinir lo que se entiende por sexo vainilla.  Cualquier pareja monógama, joven y contemporánea ha experimentado con juguetes, bondage, azotes y sexo anal, sin por ello considerarse sádicos.  A lo mejor es que yo vivo en una ciudad perversa y estamos todos muy pa'llá aquí, jajaja.  Lo que voy a decir ahora tal vez llene de estupefacción a algunas lectoras que consideran esta saga como una revolución sexual, pero encuentro a E.L.James un tanto puritana.  Cómor???  Ajá, sólo porque se atreva a decir follar con total desparpajo no significa que lleve el término a su máximo exponente.  Ah, qué reina canalla me siento en estos momentos pero me considero con derecho a opinar ;)

La autora se ha documentado bien, eso es indudable, hasta creo saber el libro al que ha recurrido, es una guía clásica aunque no recuerdo el nombre (me lo dieron a leer pero no lo acabé). No tengo mucha experiencia en BDSM, tan sólo una pequeña iniciación de la mano de una dómina maravillosa (saludos, Amita L ^^) pero suficiente para entender cómo funciona el mecanismo dominación/sumisión.  Seguramente habrá una rama del BDSM más física y masculina pero yo lo viví como una experiencia sensorial intensa, más de la psique que del cuerpo en sí.  Hum... cómo lo diría... el sumiso simplemente cae rendido bajo el aura del dominante y se entrega a su voluntad con total confianza. Eso es liberador, no tener que tomar decisiones, y apasionante al ir redescubriendo tu cuerpo de la mano de un experto, y morboso y humillante, deliciosamente humillante.  Por su lado, el dominante adquiere una gran responsabilidad, en recompensa puede desplegar su crueldad con cierta mesura pero siempre controlando y analizando la reacción del sumiso.  Podría compararse a tallar una figurita de cristal, el sumiso es la figurita que ha de volverse compleja en manos de su dominante pero, cuidado, un paso en falso y la figura puede romperse.  Y no me refiero a romperse físicamente, sino mentalmente.  Ahí está el reto, la emoción y el peligro de ir alcanzando límites, también la satisfacción cuando la obra está terminada.  En mi caso, simplemente soy demasiado intensa y, a pesar de lo fantástico de la experiencia y que multipliqué por cinco mi capacidad de placer, tantas sensaciones me llevaron a una especie de ansiedad y perdí mi risa.  Ahí es cuando un buen amo dice simplemente basta, porque el BDSM trata de crecimiento personal, placer, no destrucción.  ¿Es un mundo peligroso?  Lo es si no conoces tus límites o la persona que está al mando no tiene suficiente empatía.

E.L.James no refleja ese aspecto del BDSM, se queda en algo superficial, por lo que deduzco que sus conocimientos al respecto son teóricos.  Grey, como supuesto experto amo, no abordó a Ana como es debido, jajaja.  Muy mal Sr. Grey, alguien se merece unos azotes.  Y Ana se rompió antes si quiera de empezar a entender nada, lo cual es comprensible, yo lo sufrí con ella, todas lo hicimos.  En los dos siguientes libros, la cosa cambia.  La autora lo achaca al amor, que todo lo puede y abre horizontes.  Bien, es una forma de verlo, tal vez no quería arriesgarse a dar una mala imagen del mundillo oscuro y, en el epílogo del tercer libro, Ana parece totalmente dispuesta pero siempre desde el punto de vista de rol.  Ana rolea con Christian.  No es BDSM auténtico, es juego de rol en una mazmorra, a mi entender, pero no carente de morbo.

¿Feminismo?  Buuuueno, entramos en terreno resbaladizo.  A nivel social y de masas, 50 Sombras ha tenido un efecto positivo.  Posiblemente entre en la historia de las mujeres como el detonante de la libertad sexual femenina.  Resulta impresionante como un libro erótico se ha extendido de esta forma alcanzando a millones de mujeres y despertando sus inquietudes.  ¡¡Millones!!  En consecuencia, la industria erótica ha levantado una ceja y parece dispuesta a feminizarse.  ¡¡Brindemos por ello!!  No es la primera novela erótica escrita por una mujer pero sí la que más repercusión ha tenido.  Por fin la mujer parece que va alejándose de su papel de objeto sexual en la industria para volverse activa.  Y yo soy de la firme opinión que ese paso es indispensable para la causa feminista.

Por otro lado, si analizamos el contenido de las novelas... buf!!  Vuelvo a repetir que E.L.James tiende hacia el puritanismo: sus personajes se casan jóvenes, la esposa adquiere el apellido del marido, forma su personalidad en base a él, asume la responsabilidad y los efectos secundarios de la anticoncepción, hijos tempranos y, por supuesto,  acaba resultando casi siempre el sujeto pasivo y complaciente en las relaciones sexuales.  Pero no está todo perdido, Ana tiene en recompensa siempre su orgasmo vaginal, muy idílico, juju, y disfruta y cuenta cómo disfruta, y eso es lo más importante, que habla con su propia voz.

Para acabar, creo haber descubierto el secreto de su éxito a pesar del estilo.  ¿Preparadas?  Es un cuento de hadas ^_^  Y cómo nos gustan los cuentos de princesas, eh!  No importa la forma en qué estén adornados, la época, si hay hadas madrinas o suegras comprensivas, brujas o dóminas pederastas, basta que nos hablen de una muchacha desvalida en busca del amor y ¡zas!  caemos como moscas.  Así somos, nenas, yo no sé por qué pero lo somos.  Si My Fair Lady fue la la Pigmalión de los 60' y Pretty Woman la de los 90', Cincuenta Sombras de Grey lo será de esta segunda década de siglo.  Nos vamos volviendo más perversos cada vez, cuestión de evolución o degeneración, pero el argumento sigue siendo el mismo.

¿Recomiendo la lectura?  Pues sí pero manteniendo la mente abierta y sin esperar grandes expectativas.  Es una saga para disfrutarla escena a escena, con el corazón, no con el cerebro.

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