.

sábado, 7 de diciembre de 2013

El dilema del follamigo


Llevo dos semanas intentado escribir esta reflexión pero el stress de estas fechas me lo ha impedido ¬¬  La Navidad nunca fue buena para los creadores.  Nos obliga a vivir en el mundo, a agobiarnos el doble en nuestros trabajos, a tener en cuenta la compra de regalos y a recordar que tenemos familia y amigos a los que atender.  Es así como nuestros pensamientos y fantasías revolotean en nuestras cabezas incapaces de encontrar tiempo para cuajar.  Algún día, en la lápida de mi tumba quedará escrito que fue un milagro que encontrara tiempo para morirme.

Pero todavía no ha llegado ese día y mientras, hoy, al fin me siento delante de la pantalla a teclear.

¿Es compatible un follamigo con el celibato?

Que estoy disfrutado con la libertad que me concede el celibato o, por lo menos, que he de reconocer que es el estatus más adecuado para alguien de mi complejidad, es evidente.  A un año de cumplirse mi voto célibe, tengo el cerebro más despejado y el alma más limpia de lo que había tenido jamás.  Ah, me gustan las mariposas en el estómago, cómo negarlo, y ciertas melodías me hacen añorar a ciertas personas y soñar con un futuro donde el felices para siempre fuera posible, eso también es cierto.  Pero puesto que la realidad es ya de por sí dolorosa, considero que mi realidad actual es de las más felices y pacíficas que he tenido.  No la más emocionante, ni de lejos, pero entiendo ahora a aquellos que deciden retirarse a una vida de contemplación para alcanzar la paz espiritual y la sabiduría.  Yo que siempre había criticado la castidad.  Es fácil criticar lo que se desconoce, eh!  ;) Ahora descubro que lo que me enervaba era creer que el casto iba obligado por sociedad o religión.  Incapaz de entender que podía ser voluntario y deseado, que la libertad sexual incluye también la opción de eludir el contacto.  En ese sentido he madurado.

Pero vayamos al ajo (luego ya nos lavaremos los dientes).  Celibato no es sinónimo de castidad aunque se confunda y cuando empecé esta aventura así lo defendí.  Últimamente he descubierto que, aunque no sean lo mismo, es conveniente que vayan unidos.  ¡¡Reina se nos ha convertido en monja!!  Buaaa buaaaa.  Bueno, que no cunda el pánico, una mente perversa será siempre una mente perversa.

Desgloso mi reflexión:
  1. Cualquier relación sexual con continuidad amenaza el celibato.  Sobretodo si el pobre follamigo se vuelve adicto a la célibe.  Habrá célibes y célibes pero la célibe de nuestra cuestión es realmente un manjar de luxe.
  2. Lo que me lleva a un axioma:  un gran poder conlleva una gran responsabilidad (tío Ben - Spiderman 2002).
  3. Aunque las víctimas de mi lujuria se consideren afortunad@s de probarme aunque sólo sea un vez, están en grave peligro de acabar enredados en mis redes.  Quiero ser una araña responsable, una araña vegetariana, por así decirlo, y no seguir condenando a animalicos inocentes.
  4. Me he retirado del mercado y contrabando de parejas y no sería justo darle la ilusión a nadie de que conmigo podrá llegar a tener a su media naranja, una pareja para toda la vida y formar una familia.  Me preocupan los hombres treintañeros que me ven como una superopción porque la realidad es que sólo les haré perder el tiempo y el reloj corre para todos, sobretodo para los que quieren establecerse y tener hijos.  Hay muchas mujeres fértiles en busca desesperada de un padre para sus hijos y, sin lugar a dudas, yo no soy una de ellas.
  5. Las diosas no deberían mezclarse con los mortales (¿véis? sigo siendo Reina, juju).
Por todo lo expuesto y para que así quede constancia... (qué formal, puaj).  Pues que he llegado a la conclusión que la castidad es una buena opción para mis fines.  Refiriéndome a castidad, mi castidad particular, por el contacto íntimo con otras personas y no por el goce onanístico, que ya sabéis que valoro por encima de todas las cosas como bien digo en Mi Amigo Clítoris.

Esa es otra.  Me preocupa perder el hedonismo del que tan orgullosa me siento.  Entre célibe y casta, las ganas por los orgasmos se van espaciando hasta que llego a temer estar faltando a mis deberes con mi felicidad.  Oh, siempre acaba surgiendo el día en que mmmm... me sorprende la tentación, sobretodo porque mi afición de erotista me tiene pensando siempre escenas de lo más calientes.  Pero no me quemo, no como recuerdo haberme quemado por mis propias llamas.

En fin, tal vez eso sea evolución.  Yo sólo quiero tiempo para crear y no pensar en nada más.

----

6 comentarios:

  1. Que disfrutes del celibato y del momento en que decidas caer en la tentación.

    Cuando quieras volver a buscar guerra avisa, algunas personas quedrán huir y otras caer en tus redes. Yo me lo pnesare...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Caer en la tentación siempre es un placer. Algo bueno saldrá de mi intento de castidad xD

      Eliminar
  2. Eres muy contradictoria.

    El punto 4 parece el inicio de la típica peli en que la que lo dice acaba encontrando a alguien que hace que se tenga que retractar.

    ResponderEliminar
  3. Si, es como un guión de una película en que la araña (reina del pop, animadora, etc. etc.) acaba cayendo en sus propias redes por aguien que también quiere celibato, (celibato dentro de celibato) que listos son los ascetas....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto mis pensamientos no son de una sola dirección. Ahora voy y tal vez mañana venga. No puedo saberlo, tan sólo reflejar por escrito lo que pienso hoy.
      La vida son etapas y mi etapa actual es el celibato/castidad. Es la que me quedaba por probar, jajaja.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.