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domingo, 26 de diciembre de 2010

Sueño de Navidad (2)


Y ahí va mi sueño, una sinopsis literaria. Podría extenderme y entretenerme, serializarlo por capítulos, pero no quiero dedicarle tanto tiempo ahora mismo, tengo otras cosas en la cabeza. Sin embargo, prefiero no guardarlo en mi memoria, son muchos años juntas y ya me la conozco, mejor dejarlo por escrito tal y como lo soñé (y lo sentí) y el tiempo dirá. Corro el riesgo que alguien lo encuentre una idea genial y acabe conviertiendo mi sueño en un cómic o en una novela. ¿Qué no? Todavía recuerdo con cierta amargura el plagio de una ilustración de Anne Marie (y de la idea del cómic en sí) por un conocido dibujante español del comic gay. Comprobar AQUÍ. Debe ser que a los profesionales se les acaba secando tarde o temprano la fuente de las ideas y, desesperados, no dudan en beber de fuentes ajenas creyendo que, por poco conocidas, será su pecadillo menos grave o más invisible. Pero esta gran madre que es Internet, justa e imparcial con los más modestos, todo lo cuenta y todo lo sabe. Sé lo qué hicisteis el último verano ;)

El sueño:

La caravana está aparcada en el descampado, no muy lejos de la autopista. Rock (por ponerle algún nombre) descansa en el escalón charlando con un compa de la banda. Rock, alegre y divertido, siempre tiene una sonrisa en la cara. Una cara angulosa, algo rara, original, de nariz afilada y grande, pómulos marcados y ojos vivarachos. Delgado y alto como es, de paso algo desgarbado, podría no resultar atractivo pero lo es y mucho. Será por esa alegría de vivir tan palpable que se vuelve contagiosa. Él (por ponerle otro nombre) lo admira mientras zurce algo de ropa sentado cerca de Rock y su compa. Cercanos y a la vez alejados, tan diferentes uno del otro que podrían vivir toda una vida sin encontrarse. Rock sociable y lleno de amigos, Él introvertido y solitario; Rock alto, masculino y carismático, Él menudo, de aspecto delicado, invisible. Pero se han encontrado en esta gira, Rock encima del escenario y Él tras el telón, colaborando como estilista y maquillador aunque hace un poco de todo.

De pronto, el compa le pide a Él que le corte las uñas porque las deja muy bien. Rock, que hasta ahora apenas había advertido la presencia de ese personajillo tímido, se anima a que le corte las uñas también. Él lo intenta pero está nervioso y corta de más una uña. Lo siento -exclama entre apenado y aterrorizado- ¿Te duele?. No demasiado -responde Rock alzando la mano hacia el sol y evaluando la uña-, volverá a crecer. Y le dedica una de sus sonrisas.


Las noches que no actúan, las pasan metidos en el bar. Rock estuvo enrollado con la cantante del grupo, una rubia natural de cabello leonado y gesto agresivo. Ya no están juntos pero continúan siendo amigos, de la única manera en la que ella entiende la amistad: comentarios afilados lanzados a bocajarro. Se aprecian y charlan de pie apoyados sobre una columna, envueltos en el humo del local y el estridente ruído. Él los observa. Se ha atrevido a pisar el bar esta noche pero no se siente más acompañado que arreglando la ropa en la caravana. Ah, iluso, no tiene nada que hacer. Singer (otro nombre sacado de la chistera) es guapa y fuerte, no puede competir con ella, prefiere retirarse en sigilo. Pero a Singer no le ha pasado inadvertida la mirada desesperada y se lo comenta a Rock. A ese chico le gustas -dice. Tal vez - responde Rock dándose cuenta por primera vez de su presencia y observándole mientras sale. Y esta camarera, qué mal -dice Singer ahora señalando a una chica con una bandeja, muy mona pero con un gran bulto en el cuello.


Pasan los días y Rock está tomando mayor interés por Él. Charlan, se muestra atento y cariñoso. Él se siente feliz pero sabe que no habrá nada más entre ellos, a Rock le van más las chicas como Singer. La banda ha decidido quedarse en la ciudad, Barcelona, a pasar una temporada y grabar un disco. Buscarán un piso de alquiler con varias habitaciones y se hacinarán entre cuatro paredes mientras dure el proyecto. Pero el piso ha de ser sólo para los chicos-chica de la banda, Él no tiene nada que hacer allí, pronto tendrá que separarse de Rock y seguir con su vida.


Desde la ventana que da al interior del piso nuevo, exclamá Rock mirando al cielo -Mira, mira qué viento. Las nubes corren a gran velocidad por el cielo, vertiginosa velocidad, y la ropa colgada en los pisos superiores da latigazos a diestro y siniestro luchando por liberarse de las cuerdas. Parece que tendremos tormenta - comenta Rock a Él - pero saldremos igualmente esta noche a celebrar lo del piso. En ese "saldremos" ha incluido a Él pero eso no es suficiente para curar su melancolía.


El cielo se ha cubierto de nubes oscuras y tenebrosas. El mar está embrabecido. Desde la terraza del restaurante se ven las olas furiosas cubriendo por completo la arena de la playa. Él está inquieto, tiene miedo, algo raro está pasando. En el cielo, ahora, un humanoide vestido con un mono blanco acolchado sobrevuela la ciudad. Nadie parece darse cuenta pero Él puede verlo. La gente comienza a cambiar a su alrededor, se vuelve hostil. ¿Y Rock?


Singer, que ha preferido tomar una copa en el bar de siempre antes de cenar, se encuentra también envuelta en el nuevo caos. Se respira agresividad y llueven las botellas rotas. La camarera de antes se aprieta el bulto del cuello con horror. Éste se ha vuelto enorme y se mueve bajo la piel, que rasga y libera a un lagarto que sale corriendo subiendo por su cabeza. Singer
vomita al verlo y huye del local.

Él busca a Rock, primero en el restaurante y luego por las calles. Evita acercarse a nadie por miedo a que le golpeen o le claven cualquier objeto a modo de arma. Todo el mundo odia a todo el mundo y hay peleas en cada esquina. Ningún portal es seguro, ningún local. Mira hacia dentro de una cafetería y encuentra a dos hombres discutiendo por sus respectivos móviles. El hecho de estar discutiendo en diferido evita que se abalancen el uno sobre el otro como fieras territoriales. Pero Él no siente odio, sólo teme por su vida y por la de Rock. Arriba, el humanoide lo observa, tal vez con curiosidad. ¿Por qué este pequeño humano insignificante es capaz de escapar a su influencia? ¿Qué tiene que enseñarle? Leyendo en el alma de Él, el humanoide se calma y se marcha.


Amanece. La ciudad recoge los destrozos de anoche. Él sigue vagando, agotado y desanimado, hasta que Rock lo encuentra cerca del piso. También Rock lo estaba buscando y lo abraza feliz al verlo sano y salvo. Suben al piso. Allí están los miembros de la banda. Singer maldice la nochecita vociferando desde su habitación, consiguió sobrevivir pero ahora sólo desea llenarse el cuerpo de alcohol para olvidar y dormir la mona. Rock los saluda a todos y les suelta una noticia que pilla por desprevenido también a Él.


- Estoy enamorado de este chico de aquí (tomando cariñosamente por los hombros a Él) y me lo llevo a la habitación.

Desde luego con esa declaración ha eliminado cualquier posiblidad de cuchicheo. Su decisión parece tan clara que sus compas se abstienen de opinar.
Rock parece no querer esperar ni un minuto más. La pasión le desborda y, aplastando a Él contra el marco, le besa con fuerza y le sigue besando mientras consigue entrarlo en el cuarto y cerrar la puerta. Lo lanza contra la cama, no quiere esperar más y se desata el pantalón para liberar su deseo. Él está igualmente impaciente y hace lo propio para recibirle. Se acoplan a la perfección mientras el fuego los consume. Sus sentimientos han triunfado, han vencido al enemigo y, de alguna manera, han salvado a la ciudad.

Fin.


Rarito el sueño, eh! Y si no me entretengo más en la escena erótica es porque ya advertí que se trataba de una sinopsis, jujuju.

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