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jueves, 21 de abril de 2011

María nos mira


Voy a dejar el especial del Salón del Cómic para la semana que viene o la otra, cuando me haya leído un par de cómics ilustrados por Ruben Pellejero. Por cierto, que me impresionó gratamente la exposición dedicada a su obra, al igual que me encantó la del año pasado sobre Ana Miralles. Tan sólo lamento que, de un tiempo para acá, sólo haya lugar para los autores "clásicos", de más de 50 años. ¿Y los autores jóvenes? ¿Dónde está la savia nueva? Los vemos participar en los concursos más reconocidos del país para luego... luego qué?

En fins, ahí queda la reflexión. Por lo pronto, hoy voy a aprovechar la santidad de estos días... Por cierto, que vaya semanita que me traigo con esto de la religión, ni hecho a posta. Será que mis genes de la España profunda han despertado a la llamada, juas! Como decía, voy a aprovechar para hablaros de una serie de anime que descubrí el domingo curioseando por los stands del Salón. Su título en castellano es "María nos mira" pero es más conocida en los círculos otakus por Maria-sama ga Miteru.

El argumento transcurre en un prestigioso instituto católico para señoritas en donde la tradición manda que las estudiantes de cursos superiores hermanen a las más jóvenes y las guíen y busquen su afecto y... Ya vamos pensando mal, eh!! Pues ahí está lo curioso del asunto, que lo mires por donde lo mires, no deja de ser una serie libre de perversiones y con un toque espiritual de lo más genuino que no había visto yo desde el film "Historia de una Monja" con la dulce Audrey Hepburn. Espiritualidad romántica. ¿Contradictorio? ¿Cómo podemos meter en el mismo saco la devoción a la Virgen María y los sentimientos lesbico-románticos que se traen entre las "hermanas"? Y todo esto sin mala leche, ni crítica al catolicismo, ni culpa aparente entre las implicadas... La única explicación a esta simbiosis es que surge de la visión oriental a nuestra cultura religiosa. Supongo que para Oyuki Konno, la creadora de las novelas que han dado lugar a la serie, la virgen María es la representación de la feminidad en su estado más puro, sin haberse "mancillado" todavía por masculinidad alguna. Y no me estoy refiriendo en sí al acto sexual, sino a cualquier influencia masculina que de alguna manera altere, modifique, obligue a evolucionar, la feminidad original de una doncella. Visto así, en esa especie de ciudad ideal de las mujeres hay lugar también para los sentimientos, puesto que el corazón es el elemento central de la feminidad.

Arf, arf, mi mente occidental no puede llegar más allá de estas cavilaciones, ya echo humo del esfuerzo. Total, que nos encontramos ante una serie auténticamente lésbica, romántico lésbica ya que de los besos y abrazos profundos no pasan, con todos los ingredientes del género: confusión, malentendidos, celos y muuucha intensidad. Ah, sí, debo advertiros que es shojo extremo... del plagado de rosas, cursilerías y lágrimas rodando por las mejillas. Puede ofender la falta de sensibilidad y ternura de algunos espectadores xDDD

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