¿Qué mujer no ha sufrido alguna vez este acoso tan clásico de las civilizaciones modernas? Estás tan tranquila cuando notas que un hombre se te pega a la espalda. Como las mujeres somos buena gente, damos siempre un voto de confianza y suponemos que el abuelo (los hay no tan mayores) se ha quedado sin espacio para moverse, así que nos movemos nosotras hacia delante. Ups, pero el abuelo no se despega. Ahí cada una reacciona a su manera. Yo, como soy de pocas palabras y ya sabemos como las gastan los acosadores, que les dices algo y te gritan guarra a pleno pulmón, opto por el codazo accidental (y doloroso) acompañado de una educada disculpa. Uy, perdone, no le había visto. Él disfrutó el agarrón y yo disfruté la venganza, así todos contentos.
Son muchas las ocasiones en que las mujeres nos convertimos en víctimas. La primera vez que me sentí agredida en mi intimidad fue a los 10 años. Estaba en la playa con mi bañador-braguita de lazos y frutitas, paseando inocentemente mis dos limoncitos que despuntaron aquella primavera, cuando sentí la incesante mirada de un par de viejos. No era la forma en que estaba acostumbrada a que me miraran los adultos, al contrario, era una mirada sucia y obscena que me desagradó hasta el límite. Ese mismo día dejé de hacer topless. A esta anécdota le siguieron otras igual de asquerosas y humillantes aunque carentes de peligro físico. Los verdaderos lobos no van vestidos de cerdos, sino de caballeros, y esos no provocan asco sino miedo, el mismo terror que siente una presa ante el depredador. He visto los colmillos demasiado cerca para saber de lo que hablo pero la suerte y la intuición me han salvado hasta ahora.
Lo más prudente es evitar las situaciones de peligro pero a veces el peligro está donde menos te lo esperas. ¿Qué hacer entonces? Correr. Lo saben todos los herbívoros, el conejo jamás conseguirá patear el hocico del zorro y salvar la pata. Pero si te tienen atrapada, conocer unas cuantas técnicas de escape son la clave.
Si te tumban en el suelo, no dejes de moverte:
Si te agarran por detrás, todas éstas: http://www.youtube.com/playlist?list=PL8C8D8059FB8007F1
En castellano, para entenderlo mejor:
Y el método Krav Maga que es muy espectacular y deben conocer todas las actrices americanas:
Los puntos débiles más básicos son: ojos, garganta y genitales. Hay que golpear sin pensarlo. Pero sobretodo, que no se te apague la voz, gritar fuerte puede asustar al agresor y darte tiempo para escapar. Los expertos recomiendan gritar ¡Fuego! para atraer a los curiosos, ya que gritar socorro suele producir estampida en vez de ayuda.
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Viendo estos videos se le quitan a uno las ganas de dar un cariñoso abrazo sorpresa a nadie. Ah, y el que debería pedir socorro es el pobre acosador...
ResponderEliminarJeje, la verdad es que como las chicas empiecen a ponerse guerreras, más de un amigo sorprendedor puede llevarse el susto y el disgusto. Esto me recuerda a la anécdota de un fan que fue a pedirle un autógrafo a una campeona de judo y acabó en el hospital.
EliminarPero están chulas las técnicas, voy a tenerlas en cuenta para Jezzabel, por si se le acerca un abuelo cebolleta de esos, jujuju.