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miércoles, 17 de octubre de 2012

Ella, tú y yo (2)



Ocasiones para romper y regresar a nuestra plácida existencia del pasado ha habido a montones, comenzando por el primer desayuno juntas.  El experimento nocturno había funcionado muy bien... según mi humilde opinión, pero me paraste entre la tostadora y la nevera y en un susurro reprochaste que no te había prestado suficiente atención.  Dos largos orgamos más una tanda de mimos posteriores deberían haber bastado.  A su vez, ella me interceptó camino del microondas para comentarme que mi novia le lanzaba rayos con la mirada y temía acabar con el café hirviendo sobre la cara.  Pobre pequeña, te tenía más miedo ella a ti que al revés.  El monstruo de los celos.  Pronto descubrimos que el fuego es lo más apropiado para mantenerlo alejado.
La segunda noche renuncié al protagonismo: me perdí en el lavabo.  Después de media hora decidí salir ante la sospecha de que avisaras a los bomberos y maldecí no haber comprado esas enormes bolsas de basura industriales por si la intuición había fallado y tocaba limpiar.  Lo que encontré en la cama me pareció tan hermoso que me quedé sentada en la butaca contemplando hasta el final.  Sublime cómo se entregaba a tus caricias contorneándose como la hiedra que se aferra buscando la luz.  Tu luz, preciosa, porque toda tú estabas iluminada de pasión nueva, impaciente por descubrir sabores y texturas.  Ella también sabía ser activa y te prendía con su rodilla como prende la rueda el mechero.
Con los vapores orgiásticos que inundaban la habitación cegándome, asfixiándome; anhelando convertirme en oxígeno y entrar en ti, entrar en ella, desatar la combustión; me contuve hasta que se hizo silencio y los gemidos se apagaron dejando suaves respiraciones en su lugar.  Entonces me deslicé furtiva entre las dos para daros a beber mis besos.

A partir de aquel encuentro, se sucedieron pasiones templadas y pasiones churruscadas. 

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4 comentarios:

  1. Parece que todo lo que necesitan es comprensión , amor y ternura, aunque todavía podría irse todo a pique.

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    1. Lady, la gran verdad es que nunca hay nada seguro. La relación más perfecta, bien avenida, apasionada y romántica, sigue sin poder garantizarse "para siempre". La vida es cambio, movimiento, dolores de cabeza =P

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    2. En algunas de tus respuestas pareciera como que me estas aleccionando como si fueras una hermana mayor o algo así.
      Creo que me hubiera gustado tener a alguien como tu cerca mientras crecía.

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    3. Juju, pues no sé, ahora de adulta doy buenos consejos, la experiencia, ya sabes, pero de niña y adolescente era un poco bicho egoísta que siempre iba a la mía ^^

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