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sábado, 11 de mayo de 2013

Agarrense a los asientos, Tarantino ataca de nuevo



Soy una madre modelo.  Preparo los mejores pasteles de chocolate del condado, no se me acumula la ropa sucia y sin doblar, acudo religiosamente a las reuniones de padres y no voy al cine a ver los violentos films de Tarantino...  Los veo ilegalmente en casa por Internet xD

Wou!!  Django es la nueva obra de arte de Tarantino, totalmente a la altura de su otra genialidad Kill Bill.  Me ha enamorado con su habitual sentido de la justicia tan desproporcionado, su antihéroe que se pasa tres pueblos pero al que acabamos vitoreando al acabar la película, aplaudiendo como locos y gritando aquello de ¡el puto amo!  Sip, ejem, Tarantino es mi dios porque se pasa la polémica por el forro.  Es libre para crear lo que le da la gana y, aunque le caigan las críticas en forma de tormenta, se mantiene de pie fiel a sí mismo.  ¿Apología de la violencia? Hum... expresionismo de la violencia, sátira, la lucha del bien contra el mal a patada limpia... patada sangrienta, más bien =P

No entiendo por qué grupos de derechos civiles han tachado la película de racista.  Si hasta han conseguido que se retire la venta de muñecos de los personajes por Ebay.  En fins, siempre habrá quien busque entre líneas tratando de tener la razón y creando una caza de brujas.  Pero decir que Django es racista es como insinuar que Death Proof es misógina.  Tarantino es un simple observador de la sociedad y la historia humana, muestra las injusticias en sus películas, de forma más suavizada de lo que en realidad son, y luego las rompe con rabia a pedazos dejándonos a todxs pegados en el asiento con los ojos como platos alucinando.  Se desahoga a gusto y el público se siente igualmente vengado y satisfecho.  Es su forma de expresión y me parece absolutamente válida.

Y ahora un dato curioso.  ¿Quien es esa misteriosa cowgirl con la cara tapada que aparece en dos simples tomas de apenas unos segundos y nos deja con los pantalones mojados?  Una aquí que tiene muy buen ojo para las damiselas vestidas de hombre, muchos años de afición, no se me escapa ninguna.  Ella es Zoë Bell, un icono lésbico aunque no se sabe nada de la vida privada de esta señorita.  Nos pone y punto, si luego entiende o no, ya es asunto suyo.

Zoë Bell es conocida por doblar en las escenas de riesgo a Lucy Lawless en Xena y por ser la musa de Tarantino. ¿Os acordáis de la última parte de Death Proof donde Zoë se interpreta a sí misma y se sube al capó del coche para sentir la velocidad.  Sí, la misma  que luego agarra la barra de hierro y le da su merecido a Doble Mike.  Qué mujer, que tía, mamma mía, es una Xena de carne y hueso y músculos.  Oh, sí, yo en esos brazos me quedaba una eternidad.

Ejem, pues para seguir babeando, aquí os dejo unas imágenes del documental Double Dare donde Bell habla de su pasión por el riesgo (¡me deshago!) y la admiración que siente por el personaje de Xena.


 En inglés con subtítulos medio borrosos en inglés pero merece la pena =P





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