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martes, 21 de diciembre de 2010

La Persona


La Persona.
¿Quien puede decir qué persona es la correcta para ti?
En el mundo hay personas para todos los gustos y colores.
Gatitas, guerreras, mimosas, vaqueras, cómicas,
lloronas, pensantes, tiernas, malas y buenas.
Vas por la vida saboreando las diferentes texturas.
Ésta me gusta, ésta me gusta más pero no me conviene,
ésta me chifla, ésta me aburre, ésta me ha roto el corazón...

Un día, de pronto, la Persona se cruza en tu camino.
Tiembla el suelo, se abren las nubes, un rayo de luz te ilumina.
¡Oh, dios, me he vuelto a enamorar!
De nada sirve haber jurado cerrar el alma a cal y canto,
el amor entra por los resquicios y parte las cadenas.
Sacas la calculadora, como sabio Ovidio,
pues de todos es conocido que el amor caduca,
que tan pronto como vino se va, 365 días dura.
A disfrutar antes que toque la última campanada.

Y pasan los días, y lloras y ríes y... ostras...
¿La felicidad era esto? Tan sencilla, tan fácil, tan gratuita.
Tan modesta que pasa desapercibida a los grandes.
Tan grande que te cubre por entero.
Burbuja de aire templado en el que sentirte segura.
Oxígeno para tus pulmones, endorfinas para el cerebro,
líbido para la fuente que siempre mana.
Lo mejor, olvidaste el calendario, no ves el final de la historia.

Consultas libros, consultas brujas y adivinos,
en sueños visitas el Oráculo de Delfos.
Oh, divina Safo, dime tú que tanto sabes.
¿Será hoy, será mañana? ¿Será al salir la estrella del alba?
Será, tal vez, hasta que el corazón sus latidos cese,
pues, incrédula, sabionda, ahora ves lo que pensabas fantasía:
ella es la Persona.



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