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jueves, 24 de mayo de 2012

El Hipnotizador de La Ribera (10)



 
Su voz serpenteaba dentro de mi oreja, primero susurros, luego en forma de lengua húmeda que recorría veloz las cavidades, los pliegues... Mientras su mano, agresiva ahora, me obligaba a frotarme.

    - Por favor... no... - quería que parara, me estaba precipitando a un abismo desconocido.
    - No debes hablar... - en lugar de detenerse compasiva, acechó mi boca con la suya introduciéndome la lengua hasta el fondo.

Ultrajada por mi ángel arriba y abajo, sometida a su excitación que empujaba la mía con firmeza, empleé mis últimas fuerzas en detener aquello.  Pero aquello aceleró el paso, golpeando con invisibles puños mi carne, abriéndome en canal...  Al sentirlo, el ángel se bebió mi grito y apretó con más intensidad su mano sobre la mía hasta que ambas quedaron empapadas.

No había muerto y, aunque visité el limbo, volvía a estar de nuevo en la sala con la pelirroja encima mío.  Encima, cabalgándome salvaje, untándose en mí, untándome yo en ella.  Me hacía daño pero quería más, quería volver a desaparecer.  Llévame al cielo de dónde te has escapado, Gabriel.  Y se vino, y me vine yo también.  

Todavía se alzaba dominante sobre mis caderas cuando un chorro caliente y pringoso me cayó en la frente, al momento otro más salpicó mis senos, otro mis brazos... Ella me cubrió con su cuerpo, como siempre hacía, defendiéndome del bombardeo de aquellos hombres que me apuntaban y disparaban sin compasión alguna en mi condición de durmiente, sin cortesía ni caballerosidad, disfrutando de marcarme al igual que los perros marcaban los árboles.  Me quedé plegada bajo su protección, aspirando el sudor almizclado de su pecho.  Besé su piel.  ¿Estaba dormida?  No podía ser de otro modo pero volví a sentirme dueña de mis acciones.  

    - ¿Cuándo? - el caballero de la voz familiar preguntó al caballero del rostro borroso.
    - Existe un inconveniente...
    - ¡Pues se la casa y se acabó el inconveniente!  Disculpe el tono de voz, entiéndame, la he deseado tanto y tenerla ahora tan cerca me ha alterado.  No podré volver a dormir hasta hincárselo...
    - No pierda la compostura, doctor, cálmese, entiendo su desesperación y la comparto.  Le prometo avisarle cuando esté lista y por un módico precio será libre de poseerla como le plazca.
    - ¡Es que la quiero ahora!
    - ¡Doctor!
    - Está bien, amigo mío, confío en su palabra y más en las pesetas que sé que codicia.  Trataré de ayudarle en esta misión.

Tramad, malditos, ya nada me importaba mientras no me robaran ese momento.



    - ¿Malena? ¿Tienes fiebre, cariño?
    - ¿Papá?
    - Buenos días, cielo.  No tienes buena cara esta mañana, avisaré al doctor.

La lluvia otoñal golpeaba los cristales del balcón de mi cuarto.  Por primera vez en muchos días sólo deseaba volver a dormirme y soñar con ella.

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4 comentarios:

  1. Con que la protegía para poder tener la oprtunidad de ser la primera.

    El doctor la a comprado, haber si puede disfrutarla, que no creo.

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    1. Pobre Malena, todo el mundo la desea y ella no desea a nadie... ahora sí ^^ . Pero vive engañada por su fantasía.

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  2. ¿Y no le alegra ser la destinataria de tanto "amor"? xD

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    1. Poniéndome en su lugar, la sensación de pringo no es muy agradable =P Aunque habrá mujeres a las que les guste, no sé. Debería hacer una encuesta y salir de dudas ^^'

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