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domingo, 19 de mayo de 2013

Pequeñas vacaciones dibujantiles



Últimamente todo son excusas para pasar de largo de la mesa de dibujo.  Es algo que me duele en el alma.  No es tanto un bloqueo creativo como el que me sucedió en febrero y me llevó al límite de la desesperación.  No podéis imaginar lo que es tener fría la cabeza, sin pensamientos, sin emociones, sin las habituales voces hablándome de un oído a otro...  Eso ya pasó, gracias a los dioses, y vuelvo a tener mi cabeza revuelta de ideas, como siempre, y ese ¡ay! en el corazón al reconocer la belleza en un libro o una película, y las mariposas en el estómago y las lágrimas al encogérseme el alma ante un párrafo magistral.  That's me.  Soy muy sensitiva, de ahí que luego pueda dibujar y escribir en la forma en que lo hago.

Es más bien que estoy dispersa, con los sentimientos en demasiadas cosas.  La primavera es mala cosa para los artistas, nos cuesta horrores centrarnos.  Nos da por ser contemplativos más que productivos.  Aún así, de vez en cuando, nos sale ese arranque por crear y que se pare el mundo.  Acabamos y luego seguimos contemplando.

Con respecto a mí, se me acabó la cuerda esta temporada con el cómic y no quiero seguir obligándome cuando tengo tantos otros proyectos por lleva a cabo.  He decidido tomarme unas pequeñas vacaciones, hasta que venga el final del verano y con él la tranquilidad de mi espíritu inquieto.  Dibujar cómic desgasta, son muchas horas y mucha exigencia, además no hay lugar para la improvisación porque gran parte del guión ya lo tengo escrito, lo mismo que el story de las siguientes páginas.  Necesito volar libre, emigrar a paisajes inhóspitos con retos nuevos y a la vez insignificantes, que no me vayan a tomar una vida.

Entre mis proyectos primavero-estivales se encuentra el segundo capítulo de mi nueva novela La Virgen de Alba, con la que he comenzado a tomarme en serio el oficio de escritora.  He superado con éxito el primer capítulo y sigo emocionada en ver cómo avanza la historia.  Además, repentinamente, me ha dado por empezar una nueva guía sexual muy al estilo de Mi Amigo Clítoris titulada Quiero satisfacer a mi mujer.  A mí sí que me satisface haber encontrado tema para una nueva guía.  Durante un tiempo los lectores me han estado sugiriendo temas, llevados más por su mente sucia (conste que no tengo nada contra las mentes sucias, jajaja) que por verdaderas inquietudes.  Se puede decir que ahora mismo me encuentro en un estado mental estupendo para escribir y hay que aprovecharlo.

Además de la literatura, se da el hecho de que en agosto tengo un rol en vivo medieval.  Me gusta jugar a rol, ¿no le va a gustar a alguien con mi imaginación?, pero no dispongo de mucho tiempo para ello.  Este año sí, me escapo una semanita a interpretar a una muchacha herbolaria algo mística y ligera de cascos, ejem.  El personaje todavía no está creado del todo pero, por lo pronto, voy a llamarlo Bermeja y voy a confeccionarme una capucha roja =)  Me río con sólo imaginarme el cachondeo cuando algún cazador o soldado me encuentre paseando sola por el bosque con mi cestita, porque la partida se celebra en una masía rodeada de caminos y bosques.  Bueno, pues a la hora de crearme personajes de rol y confeccionar disfraces, soy tanto o más exigente que con el resto de mis creaciones.  Me gusta documentarme y no escatimo tiempo para buscar patrones, telas y pensar, pensar mucho, además de las interminables horas con la maquina de coser.  Estas son las cosas que me hacen feliz... Lo que no me hace feliz es correr a última hora con un disfraz y quedarme noches sin dormir.  No quiero me suceda esto, así que voy a comenzar con los trajes lo antes posible y tenerlos listos mucho antes de la fecha de la partida.  Sí, trajes, porque con uno no me va a llegar para toda la semana, por mucho spray antiolor que le eche, jajaja.  Por lo pronto, además de la capucha, han de ser un par de camisas y un par de gonelas encordadas, sin contar con las vestimentas de mi pequeñajo, que también se viene.

¿Y ya está?  No, a la que acabe mi fantasía medieval, tengo que ponerme en serio con un par de acuarelas para una exposición colectiva de octubre.  Me mantengo firme en mi propósito de no abandonar las acuarelas después de mi regreso a ellas el año pasado después de 10 años sin pintar nada.  Se puede decir que las acuarelas es arte en su forma más... más artística y salvaje: expresar sin palabras.

Y ahora sigo escribiendo...

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2 comentarios:

  1. Eres una artista en toda regla...Abarcas varias facetas.

    Un placer pasar por aquí.

    Un beso.

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    Respuestas
    1. Soy una artista demasiado inquieta, me temo, pero soy feliz y eso es lo importante =)

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