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lunes, 3 de marzo de 2014

Manual del Buen Casanova (14)



V.  ¡A POR LA GUINDA!


No vale salir corriendo después del trabajo que nos ha costado llegar hasta aquí.  La boca era la primera prueba de fuego, ahora viene la segunda.  Según la manera cómo tratemos sus preciados genitales, nos van a clasificar del 0 al 9.  ¿Y el 10?  El amante perfecto no existe para ellas, es inútil tratar de conseguir la matrícula de honor.  Así que vamos a concentrarnos en estar entre el notable y el sobresaliente justito pero sin bajar nunca del 7, porque si llegamos al “bien, ha estado bien” podemos darnos por perdidos.  Vale que muchas de ellas son comprensivas y nos van a dar la oportunidad de mejorar nota pero un Casanova que se precie no espera a que le den otras oportunidades, aprovecha la primera a fondo y se gana la segunda por méritos propios.


El orden correcto a la  hora de abordar sus partes más íntimas es el siguiente:
  1. Pezones.
  2. Vulva.
  3. Clítoris.
  4. Vagina.
  5. Ano.
    No digo que no se pueda alterar el orden o saltarse alguno.  Podemos ir directamente a meterla si hay prisa y ella está dispuesta.  ¡Atención!  Volved a escuchar la frase… “ir directamente a meterla…”.  ¿Os ha sonado a Casanova o a cani? ¡Ajá!  Podemos susurrar burradas pero no podemos comportarnos como burros.  ¿De acuerdo?  Así que de “meterla” nada, monadas.  Las prisas no son buenas en el arte de amar pero el sexo rápido es perfectamente válido y hasta recomendable siempre que no supere el 25%.  O sea, si dedicamos los sábados de cada mes al traqueteo, un sábado rapidito, pase; tres rapiditos, no pase.  Además, el sexo rápido ha de compensarse sí o sí con sexo más trabajado en próximos encuentros.  Si mantenemos a nuestra chica con una dieta de sexo rápido +  sexo mediocre y ocasionalmente sexo del bueno, vamos mal, muy mal.  El sexo rápido es perfectamente legítimo en las siguientes ocasiones pero recordemos no abusar:
  • En el ascensor.
  • En el parking.
  • En el lavabo de la disco.
  • De visita a casa de los suegros.
  • Ahora en serio, siempre que ella se os siente encima y muestre deseo urgente de teneros dentro.  No vamos a hacerla esperar con caricias que no necesita, pobrecita.


    Pero mi obligación aquí es enseñaros a hacer las cosas bien porque en la mayoría de ocasiones es lo que os exigirá la dama.


Los pezones.
El tema parece fácil pero no lo es en absoluto.  Uno nunca sabe si darle duro o ser
suave.  Personalmente, pensando en mí, yo diría mejor suave porque es una parte de la anatomía muy sensible y podemos hacerle daño si jugamos a lo bruto.  Por otro lado, la sensibilidad puede variar de una mujer a otra.  Una chica con los pezones poco sensibles tal vez agradezca chupetones profundos e incluso pinzas.  Yo no soy de esas y las chicas que he conocido íntimamente tampoco, por lo que prefiero aconsejar sobre seguro y ya improvisaréis si os encontráis alguna vez con una chica que os pida caña en ese sentido.
    Nos quedamos con los pezones sensibles y vamos a añadirle un extra de dificultad: en la misma mujer, la sensibilidad puede variar mucho según el día en que se encuentre su ciclo hormonal.  Y con esto no me refiero a que un día os sorprenda con un orgasmo sólo con la manipulación de los senos.  No, nenes, me refiero a que según cuándo toquéis y cómo toquéis, os podéis llevar un patadón.  Si tenéis una relación estable con la chica, un poco habréis averiguado cómo funcionan sus menstruaciones.  Los días anteriores a la regla son especialmente peliagudos en cuestión de pezones.  No cada mes pero los pechos pueden estar hinchados y doloridos, entonces hay que ser muy pero que muy cuidadoso, nos limitaremos a caricias superficiales con los labios y evitando lametones. Trataremos sus pechos y pezones con sumo respeto y veneración, y ella nos estará agradecida. Por supuesto nada de agarrarle la teta y aplastarla y estirarla…  ¡¡No somos vacas!!  Como no hay mal que por bien no venga, justo algunos días después de la regla llega la ovulación y los pechos están blanditos, manejables y ansiosos de atenciones.  Entonces podemos darnos el esperado atracón y jugar incluso con los dientes.


Formas de jugar con los pezones de menos a más intensidad:
  • Besar suave, sólo con los labios.
  • Exhalar aire caliente muy cerca.
  • Soplar aire (despacio) para erguirlos.
  • Acariciar con la yema de los dedos formando círculos.
  • Apretar suave el pezón entre los dedos.
  • Besar húmedo, utilizando labios y lengua pero con mimo.
  • Caricias intensas con la lengua, lamer.
  • Chupar.
  • Mordisquear suave.
  • Apretar fuerte el pezón entre los dedos.
   
Sólo en casos especiales y con pleno conocimiento de que le gusta:
  • Pellizcar.
  • Estirar y retorcer.
  • Utilización de juguetes: pinzas.
  • ¡¿Agujas?! o_O

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