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miércoles, 19 de marzo de 2014

Manual del Buen Casanova (18)




Penes.
Y pensábais que me había olvidado.  No hombres, no, sólo quería que fuerais conscientes de que para satisfacer a una mujer no es necesario un pene.  Aunque, ya que lo tenéis, vamos a darle un buen uso.  ¿No?
Lo primero es que funcione bien.  Las pilas se guardan en la cabeza.  O sea que nada de echarle la culpa al aparatejo si os deja tirados en mitad del idilio.  Debéis buscar los motivos no abajo sino arriba.  En hombres poco experimentados, el fallo se debe a falta de seguridad.  Existe la creencia de que la primera vez es especial…  ¡Juas!  La primera vez nunca, nunca, pero nunca, sale bien.  Demasiadas dudas, demasiados miedos, demasiado desconocimiento.  Sólo un prodigio podría salir airoso en su primer encuentro sexual con una fémina.  Buscaros una muchacha comprensiva que entienda vuestra situación y en poco tiempo habréis adquirido confianza en vuestras posibilidades.  Lo ideal es que este proceso de aprendizaje se inicie en la adolescencia o al inicio de la juventud, de la mano de una amorosa compañera igual de inexperta con la que ir aprendiendo juntos, sin prisas, con afecto.  Si esta princesa de cuento no aparece en un tiempo prudencial, habrá que apuntar justo a lo contrario, a una mujer mayor con un poco de tendencia maternal que quiera cobijaros en su útero.  Esto ha sonado muy freudiano pero una mujer de cierta edad tiene bastante más paciencia (y experiencia en vírgenes) que una veinteañera.  ¿Y las treinteañeras?  Ejem, ellas pueden llegar a ser demasiado exigentes para un pimpollo de Casanova.  Cuidado con las lobas.
Superado el primer miedo, ya estáis listos para la conquista sin límites del amor.  Es cuestión de que conozcáis vuestro propio cuerpo, os aceptéis y vayáis alcanzando metas.  Existen técnicas para retardar la eyaculación, como, por ejemplo, los Ejercicios de Kegel, que en mujeres se utilizan para reforzar el suelo pélvico y los músculos de la vagina; en hombres consiste en contraer los músculos que se encuentran entre el ano y el escroto.  Así se llega a tener más control sobre la erección.  Otra forma es concentrarse en la respiración, como cuando hacemos ejercicio.  Y hay quien asegura que hay que evadirse con la mente y pensar en otra cosa, aunque a mí eso me parece muy de máquina y poco de amante.  Cuando estoy con una chica, lo último que haría sería distraerme pensando en la compra.  Se dan cuenta.  Ya de por sí las chicas son sensibles pero en ese momento están hipersensibilizadas.  Es preferible venirse pronto porque disfrutas un montón con ella y la deseas horrores, a tardar más y mostrarte frío.
Y ahora llega el peliagudo tema, principal causante de la inseguridad masculina: el tamaño.  Como ya dije en el primer capítulo, el tamaño importa pero, igual que hay penes grandes o pequeños, también hay vaginas grandes o pequeñas.  Es cuestión de ver mundo.  A simple vista es del todo imposible adivinar qué clase de vagina tiene una mujer.  Una chica grande y alta podría ser pequeñita por dentro y al revés.  Las vulvas ya nos dan una pista más aproximada.  Una vulva pequeña conduce a una vagina estrechita, mientras que las vulvas grandes prometen grandes cavernas.  Si no habéis acertado vuestra pareja ideal, físicamente hablando, hay muchas formas de compensarlo.  
  • Si la vagina es pequeña, habrá que ser muy cuidadoso.  Evitad la postura de perrito o a cuatro patas, ya que la penetración resulta más profunda y directa.  Preferible la de ella encima, donde tiene absoluto mando y no sobrepasará su límite.  La del misionero también es buena pero deberéis controlar vuestro impulso y no entrar del todo.  Jugar en la entrada con empujoncitos cortos también es divertido.  Si necesitáis más acción, luego se puede acabar con la mano.  Sobre todo no perdáis la esperanza, ya que la vagina es una zona muy dúctil y con tiempo y mimitos puede agrandarse para la ocasión.  ¿Es virgen?  Pues mucho cariño y paciencia.  Ha de sentirse segura a vuestro lado y saber que ella manda y puede decir basta.
  • Con las vaginas grandes habrá que buscar estimulación simultánea del clítoris durante la penetración.  De esta manera ella sentirá más.  Evitad la postura del misionero, no es adecuada para una combinación de pene modesto y vagina generosa. Buenas son la de a cuatro patas pero con las piernas algo cerradas y la de ella encima, donde puede jugar a apretar los muslos.  Los Ejercicios Kegel para ella son buenos para que adquiera la habilidad de “aprisionar” cuando estéis dentro pero no se pueden pedir milagros, una vagina grande jamás se volverá pequeña.  Es mejor que busquéis otras formas de penetración más satisfactorias (juguetes, mano…).  Prohibido obsesionarse.  Y muy importante, no me la acomplejéis.  De sobra sabéis que fuera hay un hombre con una tranca a su medida.  Un Casanova jamás hace sentir menos a su dama, se adapta a las circunstancias.


    Otra duda frecuente es el ritmo.  ¿Despacio o rápido?  Cada mujer tiene su propio ritmo y para conocerlo hace falta un poco de rodaje.  Las hay que disfrutan con el empuje lento y profundo y, si corréis demasiado, se desconcentran y hasta se agobian.  En el otro extremo están las que quieren caña y, si el empuje no es potente y duro, se aburren.  Estad preparados para cualquiera de las dos.  Incluso hay  mujeres que varían de una a otra según el día.  Un error que se da en Casanovas novatillos es que se crean realmente grandes amantes y vayan a imponer orgullosos su propio ritmo a la dama.  Fallo garrafal, ahí va una que no volverá a acostarse con vosotros.
Por último, no os sintáis avergonzados o patosos si ella se ha quedado con ganas.  Sabré yo lo insaciables que pueden llegar a ser algunas.  Es poco frecuente que una mujer tenga un orgasmo durante la penetración con pene.  Las reclamaciones al Cielo que no os hizo con un pene curvo especial Punto G.  Pero para eso hemos entrenado nuestros deditos y lengua y nos hemos convertido en especialistas de clítoris y templos de placer exigentes.  Además, siempre podemos buscar un ayudante, el juguete de última moda a pilas o recargable.  No importa la forma en que disfrute sino que disfrute con y junto a vosotros.

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